martes, 17 de marzo de 2015

Puro Vicio: Puro Paul Thomas Anderson, Puro Thomas Pynchon

Paul Thomas Anderson, responsable de complejas y enigmáticas cintas como Magnolia (1999) adapta a la gran pantalla Inherent Vice, una de las obras más conocido del escritor norteamericano Thomas Pynchon. Traducida al castellano como Puro Vicio, la película nos sitúa en la California de los años 70 para presentarnos al detective Doc Sportello (Joaquin Phoenix) que recibe la visita de su antigua novia, Shasta (Katherine Waterston) la cual le pide que investigue la misteriosa desaparición de su amante, un promotor inmobiliario. Sportello comenzará así una búsqueda que le llevará mucho más allá de lo que en un principio podía haber imaginado.

Si por algo destaca el director Paul Thomas Anderson es por la cantidad de feligreses que le siguen, así como por la cantidad de detractores que tildan sus películas de altivas, superficiales o incluso arrogantes. Exactamente lo mismo que le ocurre al autor de la obra que ahora nos ocupa: Thomas Pynchon, un escritor misterioso y enigmático del que poco se sabe, cuyas obras tienen un lenguaje complicado, a veces paranoico y que por supuesto, no dejan a nadie indiferente. 

¿Es Thomas Anderson el mejor director posible para adaptar al enrevesado Pynchon? posiblemente, y además, con mucha probabilidad, Anderson sea una de los pocos que entiende la narrativa de este escritor norteamericano considerado uno de los máximos representantes del Posmodernismo Maximalista. 




Estamos pues, ante una película complicada, compleja, enrevesada, donde no todo es lo que parece que, como no podía ser de otra manera, gustara a pocos y aburrirá a muchos. 369 páginas condensadas en dos horas y media que requieren altos niveles de concentración por parte de los espectadores, pues el lenguaje y las situaciones, a medio camino entre lo cómico, lo serio y lo absurdo, consiguen muchas veces llevarnos por otros caminos que no son el hilo principal, pero a la vez nos hacen contemplar nuevas tramas y nuevas facetas de los personajes, a cual más complejo. 

Y es sin duda esta complejidad, un arma de doble filo para Puro Vicio, pues en muchas ocasiones el lenguaje y determinadas situaciones nos hacen preguntaron si la película y la trama están tomando el rumbo que estamos pensando o uno muy distinto. Conviene, como en la gran mayoría de las ocaciones, ver este largometraje en versión original, sin embargo el retorcido lenguaje Pynchoniano plagado de slang, puede provocar en el espectador una frustración ante la situación de no entender del todo los diálogos o el desarrollo de la película.



Como veterano cineasta que es, Paul Thomas Anderson se rodea de verdaderas estrellas para insuflar vida a este Puro Vicio. Joaquin PhoenixJosh BrolinKatherine WaterstonOwen WilsonReese Witherspoon y Benicio del Toro encabezan este reparto que se convierte en una de las razones principales para ver la película. Todos los intérpretes ponen toda la carne en el asador para conseguir que Puro Vicio se convierta en una experiencia única. Todos menos uno, un actor que a este espectador nunca le ha producido simpatía, quizás por su largo currículum de mediocres películas, quizás por sus actuaciones forzadas y sin mucha vida. Hablo de Owen Wilson, un intérprete forjado en el mundo de las comedias del que solo se recuerda un papel serio, Midnight in Paris (Woody Allen, 2011), una cinta en la que, reconozcámoslo, hacía un buen trabajo. 

Pero volviendo a Puro Vicio, otra cosa que quiero destacar y que me ha sorprendido enormemente de esta película ha sido su estética: Tras el visionado de dos horas y media a quien no le gustaría viajar a la costa californiana conduciendo un Dodge descapotable mientras el océano pacífico se abre en su inmensidad ante nosotros. 



Inherent Vice, un título que llama la atención desde el primer momento, traducido aquí como Vicio Propio para la novela y mal traducido como Puro Vicio para la película. El nombre de esta novela hace referencia al vicio redhibitorio que tienen los bienes cuando los adquirimos, es decir, todos aquellos fallos o taras que tienen las cosas y que son imperceptibles a simple vista. Un título que dota de más sentido a la cinta que Puro Vicio, otro título que, a pesar de ser más comercial, consigue su objetivo de atraer al espectador y hacerle pagar la entrada. 

En definitiva una película diferente, enigmática y compleja que llamará poderosamente la atención a todos aquellos dispuestos a seguirla de cerca. Quizás el porcentaje de espectadores dispuestos a hacer este ejercicio no sea muy alto, pero nadie dijo que las grandes películas sean fáciles de digerir. ¿Se atreverá algún otro director a adaptar al inadaptable Thomas Pynchon? Tan solo queda esperar, mientras tanto, otra pregunta se le plantea a este espectador ¿Qué pensará el propio y enigmático Pynchon sobre la adaptación de su propia obra? 

Lo mejor: Su estética, su reparto y su habilidad para hacernos querer ver/leer más a Paul Thomas Anderson/ Thomas Pynchon después de haberla visto. 

Lo peor: Que la gran cantidad de críticas negativas que reciba, sean de gente que ha estado mirando el móvil toda la película. 

Nota: 8/10


No hay comentarios:

Publicar un comentario