domingo, 12 de febrero de 2017

El Nacimiento de una Nación, el antirracista homenaje a D.W. Griffith

El actor Nate Parker debuta como director y protagoniza El Nacimiento de una Nación, una película que narra la vida de Nat Tarner, un predicador y esclavo que encabezó una rebelión en el condado de Southampton en Virginia en el año 1831. Aunque dicha rebelión no llegara a extenderse por el país, la figura de Tarner se convirtió en un icono para la población negra, que le consideró un pionero en la lucha por sus derechos, lucha que tristemente, parece que perdura a día de hoy, aunque de manera muy diferente.

A los espectadores más aficionados al séptimo arte, y especialmente aquellos que conozcan algo de los inicios del cine, les habrá llamado la atención que la película del debutante Nate Parker tiene el mismo título que la monumental película de 1915 dirigida por D.W. Griffith. Junto con la mítica Intolerancia, El Nacimiento de una Nación representa una las películas más icónicas de Griffith, considerado por muchos historiadores el padre del blockbuster y el mayor impulsor del cine de Hollywood a principios del Siglo XX.





El Nacimiento de una Nación de Griffith está considerada una de las películas más racistas de la historia, pues promueve la supremacía blanca de manera abierta e incluso muestra personas de raza blanca caracterizas como negros. Nate Parker coge el título de la obra de Griffith de manera intencionada, en esta ocasión para darle la vuelta a la historia, y conseguir que el nuevo Nacimiento de una Nación, sea recordado ahora como una obra antirracista. 

Si bien la elección del título y los materiales promocionales de la película llaman la atención por su originalidad y su creatividad, Nate Parker comete algunos errores a la hora de llevar a la pantalla la vida del predicador Nat Tarner. Los mensajes antirracistas de esta nueva versión de El Nacimiento de una Nación quedan claros desde el primer minuto de la película, pues el joven Tarner, tendrá que ver como muchos afroamericanos sufren vejaciones y torturas por parte de los blancos, lo que poco a poco irá encendiendo en él la llama revolucionaria. Este proceso, de como un sencillo de predicador se va convirtiendo en un libertador, es efectivo y aunque no es algo novedoso, si resulta de alguna manera sorprendente. Además, Nate Parker nos trae una actuación correcta, un registro nuevo que el actor consigue echar a sus espaldas con éxito.



Pero la película no está exenta de fallos, Nate Parker recurre al dramatismo típico de Hollywood para contar esta historia, lo que convierte al El Nacimiento de una Nación un blockbuster o película comercial camuflada de producto reivindicativo. El uso de la música, la cámara lenta o los planos detalle en las lágrimas de los ciudadanos negros, son solo algunos de los aspectos que añaden dicho dramatismo y desvirtúan de alguna manera una película que, contada de otra manera, podría resultar mucho más efectiva.

El cine americano ha versado en muchas ocasiones sobra las injusticias que la población negra ha tenido que sufrir a lo largo de la historia. Selma, El Mayordomo, Criadas y Señoras, 12 Años de Esclavitud o incluso Django Desencadenado de Tarantino son algunos ejemplos recientes de los muchos que hay sobre este tema. De esta forma el nuevo Nacimiento de una Nación que firma Nate Parker se une a la larga lista de títulos sobre la esclavitud y el racismo, pero en esta ocasión sin contribuir de manera significativa en la causa.



Con una cinematografía correcta, especialmente en las escenas nocturnas, un Nate Parker sorprendente aunque no espectacular y un claro mensaje antirracista, la nueva versión de El Nacimiento de una Nación no supera a la de Griffith, y aunque no será recordada, si merece la pena su visionado para aprender un poco más sobre la historia de Estados Unidos, una tierra de aparentes libertades y oportunidades cuya historia se ha escrito, y se escribe, con sangre negra.

Lo mejor: Sus carteles promocionales, su referencia a los orígenes del cine y un correcto Nate Parker 

Lo peor: No hacía falta caer en el dramatismo de manera tan explícita, dejando de lado las técnicas Hollywodienses, el resulta habría sido muy diferente y más interesante.

Nota: 6,5/10







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